Los profesionales duplican sus trabajos de blindaje de patentes o informes de solvencia - Caen los encargos por infidelidad y crecen los de intentos de fraude a compañías de seguros
CARLOS PREGO / farodevigo.es
Una firma catalana desarrolla un prototipo para la Armada Española pero mientras pule sus últimos detalles saltan todas las alarmas: se ha sufrido una filtración. Planos y datos secretos del diseño aparecen colgados en la Red. En cuestión de minutos el proyecto sufre un revés que amenaza meses de trajo y una cuantiosa inversión en I+D+i. Puede sonar al argumento de un thriller en el que se enredan oscuras tramas de espionaje y traición pero se trata de un caso real -con cambios, para preservar la confidencialidad- que ha pasado por la mesa de un despacho de detectives vigueses, Investigación Zentral. Y no es el único. Desde hace varios años la agencia ha visto cómo se duplicaban los encargos de empresas para blindar su propiedad industrial, ejecutar tareas de contraespionaje, informes de solvencia o investigaciones sobre falsificación de patentes. "Hace una década era algo anecdótico. Apenas recibías dos casos al año. Ahora tienes 15 o 20 en 12 meses", explica uno de los responsables del despacho olívico, Armado González. El aumento se deja sentir sobre todo en la facturación ya que se trata de encargos costosos que pueden representar hasta el 60% de la caja.
"Cada vez hay una mayor vulnerabilidad y las empresas se dan cuenta de que no pueden prescindir de esos servicios... Es algo urgente para ellas", señala González. Y es que cuando la inversión en I+D+i requiere un auténtico esfuerzo para las empresas blindar sus resultados se convierte en algo vital. "Nuestros clientes suelen estar muy interesados en proteger su información porque hoy en día hay múltiples sitios por los que pueden perderla"-corrobora José L., vicepresidente del Colegio Profesional de Detectives Privados de Galicia (Codega)- "Sobre todo se incrementa la demanda de medidas de seguridad informática y protección de espacios en los que se tratan temas sensibles".
¿Cómo afrontan ese reto las agencias? Hay múltiples caminos en los que Internet y las nuevas tecnologías juegan el doble papel de "aliado enemigo". Un ejemplo son los micros ocultos: la técnica permite hacerlos cada vez más sofisticados pero al mismo tiempo deja en manos de los investigadores recursos para hacer minuciosos barridos. En cualquier caso ha supuesto una revolución. "Ahora, gracias al Internet, dispones de un montón de información cuando sales a la calle: puedes obtener fotos de los implicados, planos de las calles con Google Maps, fotografías de ubicaciones...", concreta González desde su despacho.
Todo lo necesario para "cazar" a un enemigo que a veces se oculta dentro de casa. "Hay ocasiones en los que el espionaje lo protagonizan directivos o empleados para crear otra empresa o vender la información a la competencia", apunta González. Su experiencia en Investigación Zentral le permite afirmar que en el caso de las Pymes de cualificación media cuando se produce una filtración ésta parte de personal interno. Cuando el problema se detecta en grandes empresas la fuga puede deberse a un "topo" colocado por la competencia, un empleado que ha sucumbido a la oferta de alguna marca rival o, directamente, la vulneración de medios o recursos como los temidos "micros".
El aumento de los encargos empresariales no es el único cambio que vive el sector. Desde que en 2008 familias y empresas empezaron a padecer las consecuencias de la crisis el trabajo de los investigadores privados ha variado por completo. Las pesquisas por infidelidad -ya no sirven en los procesos de divorcio- caen al ritmo que suben los encargos de aseguradoras. "Las investigaciones a particulares y empresas para determinar si están intentado estafar al seguro se han disparado en casi un 50%", apunta José L. "En tiempos de crisis hay mucha gente que intenta aprovecharse de un accidente de tráfico y a lo mejor un faro tocado puede venderse como todo un lateral roto". González habla incluso de comerciantes que fingen robos en sus establecimientos o gente que se autolesiona en busca de la indemnización. "Hay hasta gente que provoca un accidente a propósito para estafar al seguro", detalla. Según las estimaciones del sector, por cada euro que invierte en pesquisas una compañía se ahorra 187.